viernes, 6 de noviembre de 2009

LUNA DE OCTUBRE

DICEN QUE DE LAS LUNAS, LA DE OCTUBRE ES MÁS HERMOSA, PUES BUENO, DEBIDO A ESO SALI A TOMARLE UNAS CUANTAS FOTOS, HE AQUÍ UNA DE ELLAS.
La luz de la luna en octubre se intensifica. De las lunas la de octubre es más hermosa, así dice la canción popular, de los años cincuenta, de José Antonio Michel. Y que con sus notas nos remota a esos años, pero no solo al tiempo ido, sino al recuerdo también de la imagen de la luna, que en su soledad inmensa, nos da luz, luz fría, pero que en estas noches frescas, como son las noches de octubre, noches de otoño, noches transparentes, limpias, bañadas por la lluvias recientes, nos invita a su contemplación..
La luna refleja la luz del sol, no tiene luz propia, no tiene vida, no tiene alma, pero San Francisco de Asís según la tradición, no lo creía así, hablaba de ella como su hermana, su hermana luna y también del sol como su hermano sol.


Como reflejo de la luz del sol, ella por si sola es capaz de inspirar al poeta, al escritor, al compositor de música, para que a través de ellos, de sus palabras y sus notas musicales nos induzcan a las evocaciones, a los recuerdos, a los sueños, a las ensoñaciones. A expandir de vida al espíritu. Ya el poeta Amado Nervo al hablar del amor, decía en uno de sus versos que “la noche que me quieras será de plenilunio".


El día que me quieras

El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.

El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas,
luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras...
Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!

Al reventar el alba del día que me quieras,
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.

El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.

El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.


Octubre es el mes de las noches frescas que es acompañado con una luna en su color más bello e intenso que en la soledad de la inmensidad de la noche alumbra con la luz fría, luz que le robo al sol y que nos transmite en esas noches de azul oscuro, para que evoquemos los sueños y soñemos despiertos, y para que nos acompañe en el sueño reparador, En los sueños agradables, pero también en las mismas pesadillas.
La luna es de la noche, de la profundidad, del inconsciente es compañera de insomnios y de la soledad; pero también del amor y del placer. La luz de la luna no ciega, apenas alumbra, pero al dar su luz de penumbra, permite que, la luz interna se pueda intensificar y podamos ver lo que la luz del sol esconde. Es algo perenne que sabemos esta siempre ahí, en el cielo, cambiante como ella, con sus ciclos, como la vida misma, nace, se hace plena, renace. Las noches de luna llena son evocadoras de sortilegios

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